El uso inadecuado de los antibióticos conduce a la resistencia a los mismos. Y esto se ha convertido en un problema de salud pública global. bioMérieux apoya la Semana Mundial de Concientización sobre los Antibióticos*, ahora y todos los días del año.
*Del 18 al 24 de noviembre de 2021, según lo establecido por la ONU.
Según la ONU, la resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad o el país en el que viva.
De ahí que bioMérieux, como compañía comprometida con el mejoramiento de la salud pública en el mundo, sea una abanderada de la prevención de este fenómeno natural, que está siendo acelerado por el uso indebido de los antibióticos en el ser humano y en los animales. Por esta razón, se evidencia un cada vez sea mayor número de infecciones —por ejemplo, neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis— cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.
La resistencia a los antibióticos prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos médicos y aumenta la mortalidad.
Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos.
Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.
Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria.
Alcance del problema
La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia.
Allí donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica para uso humano o veterinario, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora. En los países que carecen de directrices terapéuticas normalizadas, el personal sanitario y veterinario tiene tendencia a prescribirlos —y la población general a consumirlos— en exceso.
Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales.
Prevención y control
La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.
Algunas acciones que se pueden llevar a la práctica son:
Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas), así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.
Para bioMérieux, una actualización y concientización del problema a través de la interpretación clínica del antibiograma en profesionales que trabajan tanto a nivel hospitalario, como en instituciones gubernamentales, es de vital importancia.